Diferentes personalidades de la farándula, la política o el medio artístico han obtenido el registro de marca de sus nombres para poder utilizarlos en el ámbito comercial o publicitario y, el más reciente caso es el del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. El mandatario y su esposa recibieron los títulos de propiedad sobre sus antropónimos y criptónimos por 10 años, es decir que podrán hacer uso de su nombre completo, e iniciales del mismo, como marca hasta el año 2030, para su explotación comercial, de manera exclusiva, tal como lo garantiza el artículo 28 constitucional y como lo regula la Ley de la Propiedad Industrial (LPI), que ha sido abrogada, pero que mantiene vigencia de manera transitoria, y la nueva Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial (LFPPI).
En México, el organismo que se encarga de otorgar y regular los registros de marca es el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), institución ante la que acudieron a realizar los registros, para lo cual, eligieron solamente dos giros comerciales para la marca del nombre, tanto del funcionario federal, como de su esposa, los cuales son, por un lado, en la clase 35 (administración de negocios) y, por otro, en la clase 41 (educación y entretenimiento), según datos tomados del Servicio de Consulta Externa sobre Información de Marcas del IMPI, con lo cual, los criptónimos “AMLO” y “BGM” ahora son marcas registradas exclusivamente en los giros de “servicios”, es decir, que no ampara la comercialización de “productos” de manera exclusiva.
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Para entender mejor lo anterior, es pertinente mencionar que, respecto al registro de marca, existen 45 clases o “giros de negocio” a tomar en consideración, de acuerdo a la Clasificación Internacional de Niza y, en el trámite del mandatario y su esposa, únicamente se registraron las dos mencionadas (35 y 41). Ahora bien, existe un principio que gobierna el registro de marcas que se denomina “Principio de especialidad”, el cual permite que alguien podría hacer el registro de un mismo nombre en otras clases que no estén registradas, sin embargo, un nombre propio no se podrá registrar si no se cuenta con la autorización por escrito de quien lleva ese nombre, dado que, la ley establece una restricción para el registro de algunas marcas imponiendo impedimentos, tal como lo establecía el artículo 90 de la LPI o ahora lo establece el 173 de la LFPPI.
Es importante comentar que desde 2008 cuatro personas han intentado hacer el registro de las siglas “AMLO” ante el IMPI, pero no se otorgó porque no era procedente con la legislación que regula el registro de marcas. Es interesante ver como hasta 2015 Carlos Alberto Puga Bolio tuvo el registro de la marca “AMLO” en las clases 35 y 41. Los registros son: AMLO: 910021, Clase 35: Publicidad; Gestión de negocios comerciales; Administración comercial; Trabajos de oficina y; AMLO: 910020, Clase 41: Educación; Formación; Servicios de entretenimiento; Actividades deportivas y culturales; sin embargo, no renovó el registro, tal vez no vio esperanza en AMLO como para que su marca registrada tuviera publicidad gratuita, pues una marca registrada, antes de que otra se haga famosa o se vuelva un impedimento, es “intocable”, bajo el principio “primero en tiempo, primero en derecho”.
La solicitud del registro actual fue realizada por el apoderado Rosario Alejandro Esquer Verdugo, quien trabaja como secretario particular del mandatario, no obstante, llama la atención que no se realizó el registro a través de un despacho especializado, lo cual podría atender a dos situaciones particulares: en cuanto a la primera, se está enviando un mensaje de que el registro de marcas es sencillo, y hasta el presidente de la república lo puede hacer, sólo a través de un empleado de confianza, lo cual no demerita la capacidad del presidente, sino que es la persona más ocupada del país y es obvio que no tiene el tiempo para atender este tipo de asuntos por derecho propio y; la segunda, los especialistas en propiedad industrial, referente a los signos distintivos, en particular en el registro de marcas, podemos identificar algunos riesgos de haber hecho el registro en la manera que se hizo, y que refleja la cultura del registro de marcas en nuestro país, a saber:
a) La protección de los servicios amparados por las marcas está muy limitada, además de estar ambigua y generar incertidumbre jurídica respecto a lo que se pretende explotar comercialmente. No está claro el objetivo que se persigue con dichos registros.
b) Lo anterior cobra importancia si ponemos, por ejemplo, un caso de que alguien quiera utilizar el nombre o las iniciales del presidente o su esposa, para comercializar algún producto o prestar algún servicio, simplemente lo puede hacer, siempre y cuando no corresponda a los servicios que amparan los registros en análisis y ni el IMPI ni el titular de la marca podrán hacer algo para detenerlo, mucho menos para infraccionarlo, por lo cual se concluye que: la estrategia de registro de marcas de nuestro señor presidente, requiere una asesoría más especializada, un acompañamiento profesional que lo lleve a obtener el objetivo que se busca en una marca registrada, esto es: “Poder prohibir a terceros usar, el fabricar, producir, imitar, almacenar, distribuir, importar, exportar, ofrecer en venta, vender, transportar o poner en circulación los bienes o servicios amparados por la marca registrada”.
c) El uso indebido o infracción de marcas registradas, está, mayoritariamente, en la comercialización de productos, tales como alimentos, vestuario, artículos navideños, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, pomadas o productos “milagrosos”, incluso hasta cigarrillos. Por lo tanto, se considera que haría falta el registro de las marcas en distintas clases relacionadas con los productos, para que, de esa manera, el mandatario y su esposa estén en posibilidades de hacer una explotación real de sus marcas registradas, y vayan construyendo un futuro sólido en cuanto a la introducción de diversos productos, desde la canasta básica hasta otros de primera o segunda necesidad.
d) Si la marca no se usa para los servicios que fue solicitada su protección en un corto tiempo podría caducar y de nada serviría el haberla registrado.
Los expedientes de dichas marcas son: AMLO expediente No. 2452338, registro: 2111420, Clasificación 35: Publicidad; Gestión de negocios comerciales; Administración comercial; Trabajos de oficina. AMLO expediente No. 2352336, registro: 2111419, Clasificación 41: Educación; Formación; Servicios de entretenimiento; Actividades deportivas y culturales. En las mismas clases y de manera similar, se registraron los antropónimos correspondientes.
Un argumento para llevar a cabo este registro de marca es que el funcionario ha usado dichas siglas desde 1995, además de que ha hecho uso de su nombre desde 1953, año de su nacimiento. Es importante comentar que se trata de un argumento incorrecto, pues el uso al que se refiere el formato de registro, es un uso comercial, por lo que, si no se ha utilizado de esa manera, en realidad no es válido decir que se ha usado. Probablemente, si alguien quisiera poner a prueba al sistema marcario del país, podría pedir la nulidad del registro por la inclusión de “datos falsos” en la solicitud, tal como lo especifica la ley.
Con lo anterior, el presidente y su esposa obtuvieron el título de propiedad sobre sus nombres, y sus respectivas iniciales, como marca en los rubros de: Educación, formación, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales, así como servicios publicitarios con su nombre y actividades comerciales hasta el 2030.
No hay duda de que la intención del presidente de México haya sido positiva, aunque tal vez se sometió al pecado de la inocencia, pues, las cuatro marcas registradas, adolecen de ser un registro correcto, son marcas débiles, como la mayoría de marcas registradas en México, situación que sucede en un gran porcentaje de los casos que se registran por cuenta del mismo propietario, con la limitada asesoría que puede y tiene permitido dar el IMPI o con la ayuda o gestión de algunos despachos que, aunque dicen ser especializados en la gestión de signos distintivos o marcas, no conocen a profundidad los pormenores o puntos finos del registro de marca.
En conclusión, el realizar, sobre todo sin saberlo, un registro de marca, de manera inapropiada, puede traer consecuencias futuras negativas, como la caducidad de la marca por falta de uso, la invasión o plagio de la marca sin poder ejercer un derecho de exclusividad o, incluso, la nulidad de la marca, por lo cual es importante contar con asesoría especializada para evitar o corregir este tipo de situaciones al proteger nuestra marca.
En Makala Innovation contamos con consultores especializados en registro y desarrollo de marca, por lo cual, podríamos asesorar el registro de las marcas del presidente si él lo desea, para que amplíe el abanico de protección y pueda explotar su marca de manera adecuada, incluso, conforme a las declaraciones que ha hecho, sobre no cobrar regalías por el uso de su marca, se le pueda diseñar una estrategia a la medida para crear una fundación que explote su marca, y el dinero recabado, sea para los pobres, para la gente del pueblo que más lo necesita. Si lo podemos hacer con las marcas del presidente lo podemos hacer con todos los que requieran nuestros servicios.
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